El imperialismo, fase superior del capitalismo
Vladimir Illich Lenin
Estudio Introductorio de Plínio de Arruda Sampaio Júnior
Buenos Aires, agosto de 2009
272 páginas, 20 x 14 cm
ISBN 978-987-24286-6-2
No podría ser más oportuna la reedición del estudio
seminal de Vladimir Ilich Lenin, El imperialismo,
fase superior del capitalismo. Su publicación responde a una doble
necesidad: rescatar la reflexión sobre el imperialismo como modo de
funcionamiento del sistema capitalista mundial y recuperar el pensamiento de
Lenin como un rico manantial de conocimiento sobre la ciencia de la lucha de
clases y el arte de la revolución en la era del imperialismo –dos asuntos tabúes,
desterrados del debate público después del largo ciclo de dictaduras militares,
el desmoronamiento del “socialismo real” y la avasalladora ofensiva neoliberal–.
La oportunidad de retomar el estudio sobre el
imperialismo se origina en el hecho de que contrariamente a lo propagado por
las visiones apologéticas, que conmemoraron el colapso de la Unión Soviética,
el fin de la guerra fría y la crisis del movimiento socialista, la supremacía
ilimitada del capitalismo no inauguró un período de prosperidad, democracia y
paz, sino una época marcada por la inestabilidad económica, la intensificación
de las tendencias autocráticas inherentes al régimen burgués, la ausencia de
cualquier límite a la guerra sucia entre las megaempresas multinacionales que
disputan el control del mercado mundial, y la revitalización de formas
explícitas de colonialismo y neocolonialismo que acompañan la tercera división
del mundo por las grandes potencias imperialistas, que exacerban los
antagonismos del modo de producción capitalista, preanuncian un futuro de
grandes turbulencias sociales, dramáticas conmociones políticas y catastróficos
desastres ecológicos.
Plínio de Arruda Sampaio
Júnior
Si
fuera necesario dar una definición lo más breve posible del imperialismo,
debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo. Una
definición tal comprendería lo principal, pues, por una parte, el capital
financiero es el capital bancario de algunos grandes bancos monopolistas
fundido con el capital de los grupos monopolistas de industriales y, por otra,
el reparto del mundo es el tránsito de la política colonial, que se expande sin
obstáculos en las regiones todavía no apropiadas por ninguna potencia
capitalista, a la política colonial de dominación monopolista de los
territorios del globo, enteramente repartido.
V.I. Lenin